15 jun 2013

La primera vez

Hoy me afeité por primera vez. Ya tenía unos pelos negros sueltos en la barbilla que quedaban extraños. Me he resistido mucho tiempo (me los estaba quitando con las pinzas), ya que afeitarse ha sido siempre una actividad que no me ha llamado nada, que no he querido hacer nunca. Con lo bien que estaba yo sin tener que depilarme! y ahora me tengo que "depilar" la cara...

Es una actividad muy masculina, siempre pensé que quizás demasiado masculina para mí, tal como lo son los pelos en la cara, que nunca los quise. Por desgracia no podemos elegir los cambios que tendremos con la testosterona, por ello lo que voy haciendo es reconciliándome con esas partes que no quería (menos mal que los cambios son lentos, debido a elección propia). La existencia de bigote, de otros posibles pelos en mi cara, ya la he aceptado, e incluso a veces me gusta imaginarme con ellos. Creo que el afeitado va a ser otro trabajo de reconciliación. Ir empezando poco a poco, escuchar mi cuerpo, ver cómo me siento, a mi ritmo...

Por ahora, la primera vez ha sido menos dura de lo que me imaginaba.

13 jun 2013

Mi voz es un tomate dentro de una ensalada

Ayer mi hermana comparó mi voz con un tomate. Hacia tres meses que no hablábamos por teléfono, y desde hace 4 que estoy con testogel, por lo que mi voz está empezando a cambiar. Ella no lo sabe, todavía (hace unos 3 años que no nos vemos...). El fin de semana que viene voy a visitarla, con la intención de contarle todo. No tengo ni idea de por dónde voy a empezar, ni cómo contarle, ni nada...aunque supongo que algo ya se estará imaginando.

Al coger la llamada se asustó por mi voz, no me reconocía. En primer lugar fue el "estás resfriada?". Claro, y yo sin quererle contar por teléfono, que llevo ya tiempo esperando para verla y contárselo en persona...según ella, mi voz antes era como comerse un tomate entero, mientras que ahora es como echarle un trocito de tomate a una ensalada, el sabor a tomate ya apenas se aprecia.

Era la primera vez que alguien notaba (y me decía) el cambio de mi voz. Me sentí feliz, hasta ahora pensaba que yo era el único que notaba el cambio de mi voz.